Alejandro Burzaco, CEO de Torneos SA, quien recientemente fue detenido por la justicia estadounidense por el FIFAgate, movió 370 millones de dólares a través de sociedades múltiples en paraísos fiscales para obtener los derechos televisivos de la Copa Libertadores durante 14 años.
La metodología que utilizó -y que llevó a la justicia norteamericana a detenerlo- se basó en obtener los derechos por la Libertadores en una sociedad llamada Torneos & Traffic Sports Marketing LTD (T&T), con sede en las islas Caymán, aunque incluyó escalas en Chipre, Uruguay y Holanda. Todos estos movimientos estuvieron garantizados por la firma Mossack Fonseca, la agencia que administra paraísos fiscales.
T&T cedió los derechos televisivos a la sociedad Torneos &Traffic Sports Marketing BV, radicada en Holanda, para que operara como intermediaria en la negociación con los canales de TV. Y detrás de esa firma holandesa, el estudio panameño montó pantallas vía Chipre y Uruguay para evitar conocer al verdadero dueño.
Torneos y Competencias SA (TyC) es dueña del 25% de la sociedad offshore T&T, que concretó el pago de 370 millones de dólares a la Conmebol. Burzaco era el CEO de TyC.
La primera red se construyó para montar T&T en Caymán, con varios intermediarios, y en el último contrato que se firmó con la Conmebol -vigente hasta el 2018- se expone el carácter secreto de la operación: exige confidencialidad sobre la relación comercial, incluso después de concluido. Está firmado por los argentinos Julio Humberto Grondona y Eduardo Deluca, ambos por el comité ejecutivo de la Conmebol, y el presidente de la entidad, el paraguayo Nicolás Leoz.
La información surge de cientos de documentos y extensos intercambios de correos electrónicos que obtuvo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, y a los que tuvieron acceso LA NACION y El Trece.