El senador Salvador Cabral Arrechea volvió a la palestra pública, luego de su bochornoso relato en el que exponía una abigarrada hipótesis sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman. Ahora, en consonancia con su sospecha de un asesinato “pasional”, Cabral pidió la detención de Diego Lagomarsino, el dueño del arma que le causó la muerte al hombre que acusara de encubrimiento a la presidente CFK.
Según Parlamentario.com, Cabral anunció cuatro hipótesis sobre cómo murió Nisman, pero sólo describió tres en su escrito: que lo hubiera asesinado “el gobierno”, que se hubiera suicidado o que el crimen fuera obra de “su entorno”. El legislador K descartó de plano “que lo haya matado el Gobierno”, admitió como posible el suicidio aunque descreyó de los elementos de prueba aportados a la causa en ese sentido. Y abonó sin mayores explicaciones la teoría del homicidio por parte de alguien vinculado con el fiscal. Concretamente, en una radio de Misiones, Cabral sugirió que Lagomarsino mantenía una relación homosexual con Nisman, y al encontrarlo con otro hombre, decidió asesinarlo.
En ese contexto, Cabral –que no declaró ante la fiscal Viviana Fein- consideró inexplicable que Lagomarsino no estuviera ya detenido, y pidió el arresto preventivo hasta tanto se demuestre mediante prueba en el expediente que es ajeno a la muerte de Nisman.
El documento firmado por Cabral ya fue incorporado a la causa pero la fiscal no adoptó decisión alguna respecto al planteo de detención.
Desde luego, Cabral no aportó ninguna prueba para sustentar sus hipótesis sobre la muerte del fiscal que investigaba a la presidente CFK y apareció muerto en su departamento, días después de haber solicitado la imputación y el embargo de la mandataria, el canciller Héctor Timerman, el diputado nacional Andrés Larroque, y los piqueteros K Luis D’Elía (MILES) y Fernando Esteche (Quebracho)