Víctor Manzanares aportó en 2019 datos sobre la estructura de lavado del secretario presidencial Daniel Muñoz. Ahora ratificó esos dichos para seguir beneficiándose con el acuerdo. “Yo me equivoqué absolutamente, trato de no pensar en ellos”, sostuvo a la prensa.
Víctor Manzanares, ex contador de Néstor y Cristina Kirchner, ratificó ante el fiscal Carlos Stornelli como “arrepentido” sus últimos aportes que permitieron identificar operaciones mediante las cuales Daniel Muñoz, el fallecido secretario del matrimonio Kirchner, blanqueó su fortuna de más de 70 millones de dólares. Ante la prensa, Manzanares dijo que se equivocó cuando entró “a la órbita de los políticos” para asesorarlos y hacer negocios.
Según informó La Nación, Manzanares había declarado en febrero de 2019 como “arrepentido” y aportado muchísimos detalles sobre operaciones financieras que él mismo realizó para blanquear la fortuna de Muñoz con la compra de 113 propiedades en la Argentina y una decena en Miami, Nueva York y Turcos & Caicos.
Muñoz recibía en el departamento de Cristina Kirchner bolsos con los sobornos que recogían Roberto Barrata y su chofer Oscar Centeno, según la acusación fiscal del caso de los cuadernos de las coimas.
Con esa información, el juez Julián Ercolini, que quedó a cargo del caso de los cuadernos, amplió la causa con nuevos imputados acusados de participar en esa compra y venta de empresas y sociedades y volvió a citar a Manzanares como imputado para que declare sobre esos hechos.
Su abogado Roberto Herrera pidió a Ercolini suspender la indagatoria y declarar ante el fiscal Carlos Stornelli, para que este tramo de sus explicaciones también quede amparado por el acuerdo que le otorga beneficios como imputado colaborador, con una eventual reducción en su sentencia.
Así lo hizo Manzanares este lunes, que se presentó en la fiscalía y ratificó todas sus revelaciones sobre las operaciones financieras que realizó para lavar la plata de Muñoz. El contexto cambió: ya no gobierno Cambiemos, sino el Frente de Todos.
Antes de ingresar a los tribunales, Manzanares enfrentó a los periodistas. Le preguntaron si no le molestaba que su situación judicial sea mucho peor que la de los integrantes de la familia Kirchner. “Es difícil opinar de los demás, yo puedo pensar que estaría mal, pero tengo que enfocarme en mí mismo y en las consecuencias que yo tengo que tributar al Estado. Pienso en cumplir con la sociedad. Espero que la Justicia tome definiciones: estoy en un limbo hasta que la Justicia defina lo que tengo para cumplir para recomenzar la vida. Seis años de proceso es una enormidad”, señaló Manzanares.
“Ojalá uno pudiera tener un GPS en la vida y recalcularse para no cometer errores. Yo me equivoqué absolutamente. Trato de no pensar en ellos [los Kirchner]”, afirmó. “Lo que haga la vicepresidenta y su familia es un tema de ellos”, agregó.
Manzanares dijo que atraviesa días “muy tranquilos, en familia”. “Prácticamente no tengo actividad, es todo un proceso, es parte de las consecuencias de los actos de mi parte, ¿no?”, dijo calmo. “El error lo cometí cuando ingresé a la órbita de los políticos”, agregó el excontador de los Kirchner.
El imputado enfatizó: “Me arrepiento de las decisiones que tomé en su momento para llegar adonde llegué. Si hubiera actuado de otra manera no estaría viviendo lo que vivo”. Manzanares reconoció que, si bien está habilitado para ejercer como contador, no tiene clientela “y eso es lógico”.
Meses después de que se homologara su acuerdo como imputado colaborador, Manzanares fue excarcelado, renunció al Régimen de Protección de Testigos e Imputados Colaboradores, y pidió ser trasladado a Río Gallegos.
La mayor parte de la causa por lavado de dinero ya fue elevada a juicio oral. En este tramo del expediente, que sigue en instrucción, se están tomando declaraciones indagatorias no solo a Manzanares sino a todas las personas que integraron la estructura diseñada por Muñoz para poner en circulación el dinero proveniente de la corrupción.
Según las anotaciones del chofer de Roberto Baratta, Oscar Centeno, y pudo acreditar la Justicia, gran parte de los bolsos con dinero que recaudaban Baratta y sus colaboradores eran entregados a las manos de Muñoz en el departamento de los Kirchner, en Recoleta.