Tras finalizar el año pasado su relación laboral con el Grupo Indalo de Cristóbal López, en medio de un escándalo por supuesta censura (o desacuerdos económicos más bien) mientras trabajaba en Radio Mega, Roberto Pettinato sorprendió a propios y extraños con el regreso a la conducción del ciclo «Duro De Domar» de la productora PPT de Diego Gvirtz, que se emite por Canal 9.
Pettinato había estado a cargo de ese programa, primero en su versión «Indomables» por América (2003/2005) y después en su versión «DDD» por Canal 13 (2005/2009), de donde se fue también alegando problemas con el productor Gvirtz.
«Duro De Domar» se mudó en 2010 a Canal 9, y al comprometerse política y económicamente con el oficialismo, y ya con la conducción de Daniel Tognetti, viró del humor negro al análisis y crítica de los medios y de las noticias difundidas por la llamada «corpo mediática».
Ahora, después de seis años y tras la desvinculación de Tognetti, Pettinato volvió a la conducción de «DDD» (descolgando literalmente un cuadro de Tognetti de la pared), y por ahora en sus «términos», que incluyeron, al menos en el primer envío del lunes, un buen grado de «acidez» para con las figuras del Gobierno durante su clásico monólogo de apertura a lo Tato Bores, mostrando además un llamativo cambio de rumbo también en la línea y orientación del ciclo.
¿Signo de los tiempos?
En alta velocidad y con muchos firuletes, Pettinato se las arregló para hacer impensadas bromas con el viaje del vicepresidente Amado Boudou a Uruguay, con Sergio Berni, Aníbal Fernández, Oscar Parrilli, Cristina («me fui al Congreso donde hablaba Cristina conocida como la reina Kaleesi de ‘Game of Thrones’») y hasta con la mismísima agrupación La Cámpora («les vamos a dar la SIDE, te van a seguir desde la Play y no hace falta tanto alcance porque están todos en Puerto Madero»).
En ese texto del comienzo, se atrevió incluso a bromear con el caso Nisman: «llegó al departamento de Nisman, donde me abre la puerta Gael Garcia Bernal gracias a la ayuda de Berni. Me dice que van a hacer una película. Le digo que el final ya se sabe, y me contesta: ‘el argumento lo escribimos nosotros pero del final se encarga el próximo Gobierno».
En principio, parece que la nueva/vieja fórmula funcionó, porque duplicó en audiencia el promedio de lo que venía haciendo hasta ahora «DDD».