El gobernador de Misiones, Maurice Closs, está muy preocupado por la floja performance del Frente para la Victoria en las elecciones presidenciales y de cara a la segunda vuelta del 22 de Noviembre, produjo fuertes declaraciones en las que primó la demonización al oponente Mauricio Macri y, extrañamente, un enfático pedido para que el kirchnerismo duro deje de poner el foco sobre el rol que jugará la presidente saliente, Cristina Fernández de Kirchner. “Hay que dejarse de joder con el rol de Cristina, el candidato es Scioli”, expresó el mandatario misionero, que está desesperado por llegar al Ministerio de Turismo de la Nación, el cargo ofrecido públicamente por el candidato presidencial K, Daniel Scioli.
“Tenemos que dejar de jodernos con esta cuestión, estamos todo el día dando vueltas en qué va a hacer uno y qué va a hacer el otro; quién va a gobernar, quién no va a gobernar”, se quejó el misionero.
Closs opinó que Scioli “va a tener que agarrar la lapicera, porque si seguimos embarullados en el rol que va a ocupar uno y que va a ocupar el otro, Macri se nos va a matar de risa”. “Ojalá no perdamos la calma y que tampoco empecemos a ver quién cometió un error y quién no”, reclamó el diputado nacional electo, y eventual ministro, si Macri no se impone en las elecciones del 22 de Noviembre.
El mandatario provincial insistió en que la jefa de Estado “va a ocupar el rol que ella quiera”, pero “el que va en la boleta es Scioli”, que es el que “tiene que responder” qué va a hacer en la campaña. Desde luego, el gobernador prefirió no hablar sobre el armado de las listas y la elección de Aníbal Fernández como el candidato a gobernador del oficialismo en el principal distrito electoral. Si Scioli es el candidato del kirchnerismo, es por mandato de CFK, para muchos, la madre de la derrota del domingo en provincia de Buenos Aires, y la responsable de que su candidato no haya logrado imponerse en primera vuelta.
Pero la conferencia de prensa de ayer, dejó otras declaraciones explosivas de Closs, que prácticamente cargó contra la política económica trazada por CFK y su ministro Axel Kicillof.
Para sembrar miedo en el electorado misionero de cara a la Segunda Vuelta, Closs admitió que la provincia de Misiones no se ha desendeudado con la Nación, y CFK, “no solamente nos refinanció la deuda, sino que cada tres meses nos perdonaba el vencimiento. Indirectamente nos estaba dando plata”, admitió el gobernador. Con esto Closs dio por tierra con los discursos de sus propios funcionarios, como Miguel Thomas, el titular de la Dirección General de Rentas, o Adolfo Safrán, el Ministro de Hacienda Ahora, que hablan de una “economía robusta” de Misiones, virtud de la política tributaria de la Renovación.
“Ahora se está viendo qué va a hacer el próximo presidente, yo ya sé qué va a hacer Scioli, porque él sabe la realidad. Ahora, imagínense si viene Macri, y dice: a provincia de Buenos Aires, le da, y a Corrientes también (está gobernada por el radical Ricardo Colombi), pero a los Misioneros… si está (el renovador K) Passalacqua, que pague”, planteó un enfurecido y azorado Closs, que ve diluirse la posibilidad de convertirse en Ministro de Turismo, si Scioli pierde en Noviembre. Al tiempo que expresa una preocupación de todo el gobierno renovador: cómo gobernar gestionando ante una presidencia de signo político contrario, algo que no sucede en los últimos 12 años de Renovación K en la provincia.
Y luego pasó al sincericidio respecto de la inflación y la política de ocultamiento desplegada por el ministro Kicillof, a través de las estadísticas “retocadas” del INDEC. “Scioli va a tener que explicar cómo va a resolver ese montón de cosas que el argentino las tiene como, pendientes. Negar que al argentino, ya no le gusta más la inflación… no le gusta, está cansado de la inflación. Y está cansado de que neguemos la inflación”, se sinceró, atacando a CFK y Kicillof.
“Negamos (la inflación) por un lado pero después discutimos paritarias del 28-30%. Vos pensás que el argentino no se da cuenta que si tenés paritarias del 28-30% y una inflación del 20-22% y un tipo de cambio que se come (una parte), hay algo que no está funcionando… esas son las cosas que hay que decirle al argentino, cómo se van a resolver”, admitió un Closs, abiertamente contrario a las políticas “contracíclicas” y de supuesto “estímulo al consumo” del gobierno nacional, lo que representa un giro de 180 grados en su discurso, si se lo compara con lo que opinaba antes de las elecciones del domingo. Donde el kirchnerismo “duro” recibió un terrible cachetazo electoral.
Y apuntando a la estrategia de desprestigio y demonización hacia Macri, el gobernador sostuvo: “Tenemos que mostrar que Macri va a resolver (el problema de la inflación) con un reverendo ajuste, porque cuando liberas (el tipo de cambio), en el primer momento se va a ir muy alto, y el litro de aceite va a costar el doble. Y eso lo va a pagar un sector, principalmente, la clase media”, argumentó el gobernador saliente.
Es interesante destacar que si bien Closs esgrime un fuerte argumento contra el sinceramiento del tipo de cambio, mantenido artificialmente con medidas de control cambiario como las restricciones a la compra de moneda extranjera, su discurso admite en forma tácita, que este gobierno no deja una economía sólida, sino todo lo contrario. Y curiosamente, el diputado electo no vinculó los temas de los que habló en esta conferencia: el endeudamiento de las provincias, la inflación negada (por devaluación y déficit fiscal), con un eventual ajuste, que no puede descartarse en un hipotético gobierno de Scioli. Pero lo más risible es, quizás, la forma coloquial en la que Closs se refirió al problema de la inflación: para el gobernador, el argentino “se cansó” o “no le gusta” la depreciación de la moneda, como si se tratase de una decisión más o menos arbitraria o una cuestión de gustos. Cuando en realidad, la inflación y devaluación licúan el poder adquisitivo de los trabajadores y si las paritarias llegaron al 30%, cuando esto sucedió, es porque el proceso inflacionario ya había erosionado el poder de compra de los salarios, en porcentajes superiores a la recomposición salarial.
En cualquier caso, esta “deskirchnerización” que Closs exige a Scioli y a los dirigentes oficialistas, deja en claro que CFK y el kirchnerismo “de paladar negro”, son el lastre que impide al exmotonauta de pasado menemista, conseguir la adhesión de la mayor parte del electorado. Evidentemente, Closs está preocupado por el cargo de Ministro de Turismo que podría perder –con todas las posibilidades de negocios para su familia que también se esfumarían-, pero además, se está despegando de la figura de la presidente saliente, Cristina Fernández.