«Es una manera de facilitar el camino para poder llevar una oposición unificada que abarque a todos los candidatos a presidente», dijo hoy el intendente de San Isidro Gustavo Posse, quien declinó su candidatura a gobernador de Buenos Aires. Luego de pelear por meses para que lo habiliten a llevar a Mauricio Macri en su boleta y sin el apoyo de los radicales, la definición de Posse era esperada.
«Es una manera de facilitar el camino de lo que uno está convencido que es poder llevar una oposición unificada que abarque a todos los candidatos a presidente del campo democrático. Por método lleva a los candidatos a gobernador y estamos muy retrasados en el armado de la Provincia y podemos recuperar el tiempo», argumentó el intendente radical por FM Nacional.
«Hay que colaborar para que la oposición tenga está oportunidad”, subrayó el alcalde que añadió: «La candidatura que surja de este espacio es la que vamos a respaldar. Soy el primero que cede el paso para facilitar la candidatura de (María Eugenia) Vidal (PRO) o cualquier otra candidatura que sea superadora», consideró. Vidal no cuenta con una intención de voto suficiente como para imponerse -estaría por debajo de los 15 puntos, según encuestas de su propio partido-, pero resta votos a otros opositores en la provincia que podría definir el resultado de las elecciones presidenciales. De ahí que surjan pedidos de una gran interna opositora para que se concentre el voto opositor en los candidatos mejor posicionados.
En esta línea, el propio Posse se mostró a favor de la propuesta del diputado y candidato a gobernador Francisco De Narváez (Frente Renovador), de realizar una gran interna opositora en el principal distrito electoral del país, advirtiendo que el kirchnerismo podría imponerse, si continúa fragmentada la oposición. “El riesgo de que el kirchnerismo gane en primera vuelta ya está», alertó el radical, según el diario Clarín.