«La elección de Zannini es coherente con el camino y las decisiones que fui tomando en la vida. Hablé con él y me dijo que era un orgullo acompañar al vicepresidente de Néstor Kirchner», dijo este martes Daniel Scioli, que ocupó el cargo con el ex presidente entre 2003 y 2007. Sorpresivamente, en la tarde de ayer, el precandidato presidencial anunció en un programa oficialista de C5N que le pidió a la presidente Cristina Kirchner, que el Secretario de Legal y Técnica y principal operador político sea su compañero de fórmula. El gobernador bonaerense se reunió con la primera mandataria ayer por la tarde en la Quinta de Olivos, tras lo cual, realizó el inesperado anuncio. Para la mayoría de los analistas políticos y para todo el arco opositor, CFK le impuso al exmotonauta a esta figura como vicepresidente. Se trata del dirigente más cercano al matrimonio presidencial, integrante de la “Mesa Chica” del kirchnerismo junto a Máximo Kirchner, Wado De Pedro y la propia Cristina.
La definición da por tierra con las versiones que indicaban que Scioli iba a elegir a un gobernador K, como compañero de fórmula. De hecho, el propio mandatario bonaerense se había pronunciado por esta posibilidad, meses atrás. Por otra parte, puesto que Zanini representa al kirchnerismo en su expresión más “pura”, quien ha quedado descolocado es el hasta ayer, candidato de la continuidad “cristinista”, Florencio Randazzo, quien este mediodía se reunió con la presidenta y tomaría la decisión de declinar su candidatura presidencial. Scioli ya venía acentuando su perfil kirchnerista con una serie de gestos favorables hacia el Ministro de Economía Axel Kicillof y hacia el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner. Con la elección del vice, prácticamente introduce a la propia Cristina dentro de su fórmula, dado el rol preponderante del “Chino” en el armado del kirchnberismo.
En diálogo con el diario La Nación Scioli argumentó que la elección de Zannini lo «fortalece» como candidato del oficialismo, al tiempo que volvió a criticar al líder de Pro, Mauricio Macri. «La gente no quiere un cambio como el que plantea Macri; no quiere volver atrás», aseguró el gobernador.
Ayer, después de la reunión con la jefa del Estado -que duró aproximadamente una hora-, Scioli informó la decisión por C5N. «(Con Zannini) en este contexto es una manera de dar certidumbre. Es un dirigente que viene de las bases fundacionales de este proyecto, con una gran trayectoria y militancia en Santa Cruz», manifestó Scioli, quien intentó de convencer a sus interlocutores de que la elección de Zanini fue una decisión propia y no una imposición de CFK. «Me pareció en estas horas importantes, de cierres de listas, que era importante conversar con la Presidenta, que tuvo la amabilidad de recibirme. [Con Zannini] Podríamos hacer un muy buen trabajo en caso de que la ciudadanía nos dé su apoyo. La Presidenta recibió esto con beneplácito», sostuvo el precandidato presidencial, fiel exponente del “modelo”.
Así, el kirchnerismo duro vuelve a colocar a un soldado de los Kirchner junto a Scioli. Sucedió con Alberto Balestrini , en 2007, y especialmente con Gabriel Mariotto , en 2011, los vicegobernadores del exmotonauta de pasado menemista. «Siempre consensué mis decisiones. Tengo este desafío de llevar a la victoria», se defendió el mandatario provincial.
Zannini, que en 1999 fue nombrado por el entonces gobernador Kirchner presidente del Superior Tribunal de Justicia de Santa Cruz , desde el arribo del ex presidente a la Casa Rosada estuvo dedicado a la construcción de la ingeniería judicial del kirchnerismo. Pero además, desde hace un tiempo, también está al mando del armado de listas nacionales del oficialismo, trabajo que comparte desde hace un año con el secretario general de la Presidencia y uno de los capitanes de La Cámpora,Eduardo «Wado» de Pedro .
Ferviente cultor del bajo perfil, Zannini, «el Chino» para su entorno, sobrenombre que se ganó cuando formó parte de la Vanguardia Comunista, agrupación identificada con la ideología maoísta, se ganó el lugar por ser uno de los incondicionales de la Presidenta. Para muchos es el “corazón y la cabeza” del kirchnerismo, uno de los dirigentes más leales al matrimonio presidencial.
Para el arco opositor, la elección de Zanini fue una imposición de Cristina Kirchner a su hipotético sucesor: con un hombre de su riñón político, se asegura de que, en caso de que Scioli llegue a la presidencia, no haya una persecución política y judicial en su contra. Se asegura mantener influencia sobre un gobierno de Scioli, al colocar a su “comisario político” como vicepresidente.
Por otra parte, algunos analistas estiman que el voto de los justicialistas más lejanos al kirchnerismo que acompañaban a Scioli, podría esfumarse al estar acompañado por un dirigente del kirchnerismo “duro”, que muchos consideran uno de los ideólogos de “La Cámpora”.
El dirigente más golpeado por la “cristinización” de la fórmula de Scioli, es, sin dudas, el Ministro del Interior, Florencio Randazzo, que, hasta ayer se presentaba como el candidato más representativo del pensamiento de Cristina. Este mediodía fue convocado a una reunión en Olivos y se esperan definiciones sobre su futuro político. Probablemente termine bajándose de su candidatura, al perder a su padrino político, que pasó a formar parte de la fórmula de su oponente dentro del Frente para la Victoria.