“Tenemos por delante la resolución de una nueva interna partidaria, el mismo producto con distinto envase», afirmó este viernes Mariano Recalde, el titular de Aerolíneas Argentinas, flanqueado por Axel Kicillof, Carlos Tomada, Jorge Taiana, Andrés Larroque y Juan Cabandié, entre otros dirigentes K porteños. «No sirve sumarle votos a ninguna de las dos variantes de la alianza Cambiemos», afirmó Recalde, que calificó a Horacio Rodríguez Larreta como «la versión pura, de acuerdo a la calificación que le ha dado Durán Barba», y a Lousteau como «la segunda marca de ese mismo proyecto».
Con esta definición, Recalde y el kirchnerismo porteño blanqueó la cercanía que mantienen con el PRO, dado que si el candidato Mauricio Macri no consigue una victoria de un candidato propio como Larreta, sus posibilidades en la pelea presidencial, virtualmente se esfumarían: no podría mostrar una sola victoria propia en ningún distrito electoral en el país, previo a las generales de Octubre. Si se impone el candidato de ECO, Martín Lousteau, apoyado por los radicales y por la Coalición Cívica, Macri incluso, vería complicadas sus chances en las PASO de Agosto, donde competirá con el senador radical Ernesto Sanz y con la diputada nacional, Elisa Carrió, por la candidatura presidencial por todo el espacio “Cambiemos.”
«Seguimos viendo a dos candidatos que forman parte del mismo proyecto político. Seguimos sosteniendo que más que un ballotage, lo que tenemos por delante es la resolución de una interna partidaria», afirmó Recalde según LPO, en referencia al frente que competirá en las elecciones nacionales, y del que tanto el PRO como ECO forman parte.
De todos modos, el kirchnerismo evitó el llamado directo a votar en blanco, que favorecería a Rodríguez Larreta. Recalde, que terminó tercero en las elecciones del domingo pasado, aclaró que «cada votante decidirá su voto el próximo 19 de julio como lo ha hecho hasta ahora».
La conferencia de prensa en la que el FpV blanqueó su posionamiento público en beneficio del candidato de Macri, tuvo lugar en la sede del PJ porteño, en el barrio de Monserrat. El presidente de Aerolíneas opinó que esta definición del kirchnerismo porteño, «no es una bajada de línea», insistiendo en que el partido no es dueño de los casi 400 mil votos que consiguieron en las elecciones del pasado 5 de Julio. «¿Qué vamos a hacer con los votos? Primero quiero aclarar que no son nuestros los votos, ni muchos menos somos los dueños de los votantes», concluyó.
La definición deja dos lecturas posibles: la primera señala que el FpV favorece a Macri para que no se desinfle la candidatura presidencial del actual Jefe de Gobierno porteño; la segunda sostiene que públicamente no se mostrarán a favor de un opositor como Lousteau, lo cual no significa que no aprovechen para darle la estocada final a las aspiraciones del PRO. Recordemos que desde hace meses, el oficialismo K busca polarizar la elección con el macrismo, porque es más fácil ubicarlos en el lugar de la “antipolítica” o del neoconservadurismo, dadas las características del liderazgo de Macri en el partido amarillo. Un oponente filoperonista como Sergio Massa o José Manuel De La Sota, no podría ser encajado en esa interpretación y, por otra parte, disputaría los votos justicialistas que aún mantiene Daniel Scioli, un dirigente de pasado menemista y con aceitadas relaciones con intendentes bonaerensess del PJ.
Por otra parte, otros analistas sostienen que el posicionamiento público es una fachada que permite al kirchnerismo no quedar pegado a Lousteau -que tiene el apoyo de los radicales y de Carrió-, que es un economista que formó parte del gobierno K y se convirtió en un acérrimo opositor. Como fue planteado más arriba, Macri no tendría posibilidades serias de presentarse como una opción de poder si no puede conseguir una victoria en su propio distrito electoral. Si el PRO fuera realmente el oponente del kirchnerismo, en la definición política de esta fuerza, los militantes del proyecto “nacional y popular” se volcarían por una derrota de Larreta, de la que Macri ya no podría recuperarse.