Son los dos segmentos que más crecieron dentro del llamado “empleo registrado”. La caída más fuerte se da entre los asalariados no registrados y entre los registrados del sector privado. Señales de precarización laboral.
La frágil post-pandemia y cuarentena están configurando una nueva realidad laboral, con una mayor preponderancia del llamado trabajo “independiente” o “por cuenta propia”, favorecido por el “monotributo social” y las nuevas contrataciones bajo la modalidad del teletrabajo en los sectores de servicios.
Así, en agosto el empleo registrado superó el nivel de los meses previos a la pandemia. Pero esta marca se alcanzó apoyado en el Monotributo y en el empleo público, dos segmentos que registran números récord en aportantes al Sistema de la Seguridad Social, en tanto el Monotributo social es el sector con mayor expansión porcentual en relación a fines de 2019.
Si bien en recuperación, el empleo privado en relación de dependencia, el de Casas Particulares y Autónomos formales está aún con registros inferiores a diciembre de 2019, al igual que el segmento de los asalariados y cuentapropistas no registrados.
El último Informe de empleo del Ministerio de Trabajo reconoce que “agosto constituye el décimo mes consecutivo de crecimiento, con lo cual se acumula una variación positiva de 2% entre octubre 2020 y agosto 2021. Con esta expansión, ya se recuperó el 60% de los puestos de trabajo del sector privado que se perdieron durante los primeros meses de la pandemia (114 mil de un total de 188 mil empleos)”.
También hubo una reducción del número de trabajadores formales suspendidos, que tuvo su pico en los meses más duros de la pandemia y la cuarentena, mientras avanzó el teletrabajo, dándole un nuevo impulso al monotributo en las nuevas contrataciones.
No obstante, en relación a los meses prepandemia, el empleo privado formal todavía está un 1,5% abajo, pero este dato debe ser relativizado por el incremento del Monotributo, práctica a la que recurrieron y recurren muchas empresas – y también el propio Estado –para mantener y contratar trabajadores en relación de dependencia bajo esta modalidad precarizada de trabajador “independiente”, en especial en muchas actividades de servicios.
En las ramas industriales, según el Centro de Estudios de la UIA ( Unión Industrial Argentina) y “a pesar del crecimiento observado en la actividad industrial respecto de 2019, el dinamismo en el empleo todavía es bajo: la cantidad de trabajadores recién superó por primera vez en agosto los niveles del mismo mes de 2019 (+0,7%), aunque también debe tenerse en consideración la caída en la base de comparación que dejó la crisis cambiaria de 2018/2019”. Y “en agosto de 2021 el empleo industrial se ubica todavía 154 mil trabajadores por debajo del máximo de octubre de 2013 (-12,2%)”.
Por actividades se destaca el sector Hoteles y restaurantes, que por la flexibilización de actividades está en proceso de recuperación, pero su nivel de empleo se ubica 21% por debajo del vigente en febrero de 2020, mes previo al inicio de la pandemia. También la Construcción registra 13 meses consecutivos con variaciones mensuales positivas. Sin embargo aún se encuentra un 0,9% por debajo del nivel del primer trimestre de 2020. Y Explotación de minas y canteras viene recuperando empleo desde enero de 2021, aunque aún se encuentra un 3,6% por debajo del empleo previo al comienzo de la pandemia.
También impactó en el incremento del Monotributo las medidas llamadas de “alivio fiscal” que permitieron regularizar los aportes impositivos y de Seguridad Social de este sector. Ahora, por la condonación de las deudas inferiores a $100.000 al 31 de agosto que también alcanza a monotributistas (trámite que se puede realizar desde el 20 de diciembre de 2021 hasta el 2 de marzo de 2022 a través de la página web de la AFIP) se espera un salto mayor en este segmento laboral.
Según el Informe de la Cámara de Diputados, suman 724.425 monotributistas con deudas inferiores a los $ 100.000 por un total de $ 10.341 millones que pueden solicitar la condonación de la parte impositiva y previsional del Monotributo.
En tanto, el segmento clave del empleo está entre los asalariados y cuentapropistas informales y los desocupados que engloba a unas 8 millones de personas, y que fue el sector más golpeado por la pandemia y la cuarentena, y que todavía está en cifras inferiores a la pandemia.
Además de no estar registrado, los que sí están con trabajo mayoritariamente son subocupados, en “changas”, llamados también “trabajadores de economía popular”, de los cuales unos 3 millones ya se inscribieron en el “Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular ( Renatep)”.
En el último Informe del Ministerio de Desarrollo Social, en siete provincias del NOA y el NEA los trabajadores inscriptos en el Renatep superan a los del sector privado. (Catamarca, Chaco, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta y Santiago del Estero). La mayoría son mujeres y jóvenes.
Una parte se está regularizando a través del Monotributo Social, consolidando la precariedad laboral con registro en la Seguridad Social, y por eso es el segmento que mayor expansión muestra en los últimos meses, alcanzado 394.486 inscriptos, un 7,9% más que en diciembre de 2019.
En la Ciudad de Buenos Aires, con datos del tercer trimestre de este año, la Dirección de Estadística y Censos porteña destaca que la pandemia-cuarentena “impactó con una fuerte contracción de la actividad económica, y en consecuencia en el mercado laboral generó durante los últimos tres trimestres del 2020 y el primer trimestre del 2021 pérdidas de los puestos de trabajo, aumento de la inactividad, y reducción de las horas trabajadas. La población afectada con más dureza fueron los trabajadores más vulnerables, agravando las desigualdades que ya existían con anterioridad a la crisis”.
A partir del segundo trimestre – agrega- “se observa una lenta recuperación de los principales indicadores laborales. Este comportamiento se mantuvo durante el tercer trimestre de 2021 aunque no se alcanzaron aún los niveles previos a la emergencia sanitaria: se mantiene la reducción de las horas trabajadas, la recuperación del empleo está explicada principalmente por la reincorporación de trabajadores informales y se sostiene la transformación del empleo – tal es el caso del teletrabajo – más identificada con el trabajo formal. De esta manera, se observa un impacto irregular en el mercado de trabajo: por un lado, se ve afectada la calidad del empleo, y por otro se profundizan las desigualdades en las competencias laborales”.
Fuente: Clarín