“No lo soñé eeh eeeehh”. La voz del Indio Solari sonaba al palo en el momento en que Daniel Scioli ingresaba al PJ de La Plata y el estribillo no podía ser más oportuno. El ex candidato presidencial volvía a la capital provincial luego que el peronismo sufriera una fuerte derrota nada menos que en la provincia de Buenos Aires.
En la semana habían existido algunas tensiones en el siempre tenso peronismo de La Plata. Sin embargo, sólo Julio Alak y lo que quedó de su armado fueron los ausentes.
Scioli fue el único en subir al escenario. Una decisión acordada por todos los sectores para evitar que alguien capitalizara la visita. Su discurso fue breve. El ex motonauta trazó un panorama crítico de la gestión de Mauricio Macri. “Yo alerté sobre esta situación durante la campaña porque sabía que iba a ser muy duro para el pueblo”, dijo.
Con lineamientos peronistas expresó su solidaridad con los trabajadores despedidos tanto del sector público como del privado. Habló de alertar, pero no ahondar en críticas, aunque de manera indirecta cuestionó los aumentos de tarifas de los servicios públicos. “La gente logró comprar un Aire Acondicionado y ahora le dicen que lo apagué porque no va a poder pagar la luz”, expresó.
Pero al promediar su discurso arrojó la frase más aplaudida y la que muchos estaban esperando. “Vengo como un compañero más porque quiero seguir estando al frente”, espetó.
Más allá de la ausencia de Alak, la llegada del ex gobernador sirvió para amalgamar a distintos sectores que ni siquiera el kirchnerismo había logrado unir. Pablo Bruera y sus hermanos saludaron a la militancia en su primer acto importante tras la derrota del municipio frente a Julio Garro. Gonzalo Atanasof (ex titular de Aubasa) se encargó de escoltar a Scioli hacia el tercer piso donde lo esperaba parte de lo que fue su gabinete de gobierno. Allí estaba Alberto Pérez, Oscar Cuartango, Martín Ferré, Eduardo Aparicio y Nora de Lucia.
Los dos sectores más renuentes a participar del acto fueron el Movimiento Evita y La Cámpora. Aunque finalmente estuvieron presentes. El Evita representado por el diputado Gustavo Di Marzio y por la agrupación de Cristina estuvieron los concejales Florencia Saintout y Guillermo Cara.
Pero por otro lado Gioja se reunía con los intendentes peronistas del Conurbano y se ofreció como la última solución para salvar al peronismo, de una improbable elección interna con varias listas o directamente de la intervención judicial que prepara María Servini de Cubría.
El diputado sanjuanino logró una foto con los jefes del territorio, como contrapeso al encuentro ultra K que preparan Jorge Ferraresi, Jorge Capitanich y La Cámpora mañana en Avellaneda.
La cumbre de Gioja fue en Lomas de Zamora, donde llegó con un discurso de unidad condimentado con la propuesta personal de “hacer un último esfuerzo para unir el peronismo”. El sanjuanino, que sobrevivió a un tremendo accidente en helicóptero, dijo que él puede conducir los matices porque tiene línea tanto con Máximo Kirchner, con Daniel Scioli, hasta con Diego Bossio y los gobernadores.
En un cruel flahsback, los intendentes percibieron a Gioja como la reencarnación de Vicente Leónides Saadi, el último caudillo peronista antes de la renovación de Cafiero, Menem, Grosso y De la Sota. Saadi lideró a los justicialistas en el Senado cuando volvió la democracia en 1983. El catamarqueño, sin embargo, pronto volvió a su provincia y fue reemplazado por jóvenes que protagonizaron la “renovación” del partido.
Acaso esa sensación haya provocado excepticismo en la propuesta de Gioja. Los intendentes lo escucharon respetuosos e incluso están dispuestos a apoyarlo, pero en el fondo reconocieron que tienen otra frecuencia y que entre ellos hablan ya con otro código. El choque cultural fue brutal en el caso de Martín Insaurralde, el anfitrión, acostumbrado al glamour televisivo con Jésica Cirio.
En su discurso, Gioja admitió que la ley de holdouts complicó el proceso de unidad del PJ, porque generó fuertes divisiones que aún no están zanjadas. Sin embargo, abonó por construir una mirada superadora para contener a todo el movimiento peronista.
De hecho, Gioja buscó contener a los K y por eso votó en contra del pago a los fondos buitre en la Cámara baja, de manera de quitarle argumentos al kirchnerismo duro para impugnarlo como próximo jefe del partido.
Pero fue una jugada a dos puntas, los kirchneristas lo saben y por eso presionan con Capitanich. No es un secreto que el ex gobernador de San Juan tiene influencia sobre el bloque de Diego Bossio y además su sucesor Sergio Uñac es uno de los que piden acordar con los holdouts, como tantos otros mandatarios provinciales.
Es más, Uñac estuvo ayer en la Cámara alta y le pidió a los senadores que aprueben el proyecto. El miércoles en Diputados una legisladora de la provincia aliada a Gioja votó a favor de la propuesta del oficialismo.
Aquí en Misiones se están analizando los pasos a seguir, todas las miradas estas puestas es el Senador Irrazabal y actual conductor del PJ local.
«Juanchi» habría adelantado a sus allegados que en estos días tendría un encuentro con Rovira y definirían los pasos a seguir. Hoy el Pj de Misiones juega en tándem con la Renovación y ambos están en sintonía con el presidente Macri para darle gobernabilidad al nuevo gobierno.