Posadas. Sensiblemente despintado y prácticamente excluido de las principales huestes del poder K Renovador en Misiones, quizás por su escasa lucidez política, Joaquín “Quincho” Sánchez, el cuñado de Carlos Rovira, aparece involucrado ahora en un polémico plan para coronar a su joven yerno como el presidente de la Unión de Rugby de Misiones (URUMI).
La historia se definiría hoy miércoles por la noche pero fue comidilla de verano en casi todos los “tercer tiempo” del rugby misionero. Quincho Sánchez, presidente del Instituto Misionero de Agua y Saneamiento (IMAS), se mostró férreo y decidido a conseguir que su yerno, Facundo Tejedor, un rugbier del Capri de Villa Cabello de Posadas, se quedara con la presidencia de la URUMI para suceder a José Luis “Pollito” Logegaray, un veterano del deporte de la ovalada que termina su mandato.
Trascendió que el cuñado del jefe máximo de la Renovación K apeló a una estrategia escandalosa, pocas veces vistas en una disciplina amateur y de profunda confraternidad, como es el rugby, para sentar al joven Tejedor en la poltrona de la URUMI.
Lo que no se sabe bien es el tenor de las “buenas intenciones” del temerario presidente de la agrupación ultrarovirista “2 de Octubre”. Por un lado, varios dirigentes de la veintena de clubes de rugby de Misiones admiten que el candidato del consenso era Rodrigo de Arrechea, del club Tacurú posadeño. Pero que Quincho, al enterarse del acuerdo entre los camaradas del rugby, se puso a operar para romper ese acuerdo e imponer a su yerno Tejedor en la jefatura de la máxima entidad.
Por si acaso, no son pocos los dirigentes consultados por este diario digital que admitieron, con las reservas del caso, que Quincho utilizó prácticas políticas “non sancta” para garantizarse el apoyo irrenunciable a la carrera dirigencial del novio de su hija. Incluso, para cosechar el apoyo de los clubes a su empresa política, se plegaron un par de intendentes del interior, como Claudio Filippa (Iguazú) y Nolberto Aguirre (Eldorado) para “apretar” a los presidentes de rugby que rechazan la “politización partidaria” de esa noble disciplina.
Al mismo tiempo, Quincho se ocupó, dicen en el Gobierno, de elaborar un plan de perforaciones de agua en más de 15 instituciones deportivas que seguramente, ante semejante generosidad, terminarán votando al yerno del funcionario del IMAS,
Acá se desprende un detalle peligroso del caso. Quincho manejará un presupuesto millonario –casi un millón de pesos por pozos- para cumplir con sus promesas de campaña. Obviamente dinero público que pasa por el Instituto que el mismo administra. Y se agrega, con soberana precisión, que casualmente los encargados de ejecutar esas obras en los clubes de rugby será una compañía constructora propiedad del propio Sánchez. Aprietes, codicia, negocios familiares con dinero público, y demasiada sumisión en un ámbito como el mundo rugby que, hasta hace unas horas, se ofrecía como una de las disciplinas más nobles del deporte. Cosas que pasan…
FSV.
