Pareciera una excentricidad si se tratase de otro exfuncionario que no fuese el otrora todo-poderoso Julio De Vido. El exMinistro de Planificación Federal instaló una caja fuerte con combinación a metros de su despacho, más precisamente, en su baño privado dentro del desaparecido organismo. De Vido, que se desempeñó en uno de los cargos con la mayor caja política en los 12 años de kirchnerismo, no iba a padecer acusaciones y causas en su contra por guardar documentos o dinero en el Ministerio, como ocurriera con la extitular de Economía, Felisa Miceli, condenada por corrupción, tras habérsele encontrado 100 mil pesos y 31 mil dólares en una bolsa en su despacho.
El superministro del kirchnerismo fue mucho más previsor y directamente mandó a construir una bóveda dentro de su baño privado, de manera tal que pudiera conservar documentos comprometedores en un lugar fuera del alcance de cualquier persona que no fuera de confianza extrema.
Esta vez sólo quedó un pequeño indicio de cómo se manejaba De Vido, quieen podría ser investigado por la Justicia cuando deje su cargo como diputado nacional, allá por 2019. Mientras tanto, cuenta con un blindaje legal -los fueros-, como para no tener que brindar explicaciones sobre sus manejos con la obra pública durante la “Década Ganada”.