La Cámpora ya convocó a una marcha para protestar contra la designación, para muchos inconstitucional, de los ministros de la Corte, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, nombrados por el presidente Mauricio Macri, por decreto y por fuera del Senado de la Nación. La encargada de difundir la convocatoria fue la diputada camporista Mayra Mendoza, a través de Twitter. “En defensa de los valores de nuestra Democracia! Por la libertad de expresión. Por la división de poderes. Jueves 17hs todos/as al Congreso”, publicó Mendoza, horas después de que apareciera publicado el decreto en el Boletín Oficial por el que Macri designó a estos dos ministros de la Corte Suprema.
Sin embargo, el peronismo no acompañaría la movilización organizada por los dirigentes de la agrupación que responde a la expresidente Cristina Kirchner. Pese a que rechazan la forma en que se ha nombrado a los catedráticos –inobjetables en términos académicos y de trayectoria-, no se sumarán a una manifestación organizada por los “camporistas”.
De acuerdo con LPO, los senadores peronistas hicieron saber su rechazo al decreto de Macri de una manera a la que los camporistas no están acostumbrados: se reunieron en las oficinas de Miguel Pichetto con el presidente provisional del Senado, el macrista Federico Pinedo, y el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
En la reunión, en la que también participaron los senadores Rodolfo Urtubey y Juan Manuel Abal Medina, los peronistas expresaron su rechazo al procedimiento elegido por Macri, que salteó al Senado de la Nación y le sugirieron a sus pares macristas que el presidente convoque a sesiones extraordinarias para aprobar los pliegos de los nuevos jueces.
Los macristas se comprometieron a trasladar la postura del peronismo al gobierno, aunque no pudieron explicar si habrá un cambio de dirección, en el nombramiento como nuevos integrantes del máximo tribunal de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
La movilización mostrará la fractura entre La Cámpora y el peronismo postkirchnerista, pero además, funcionará como un barómetro, para medir la fuerza política que aún mantiene la agrupación que responde a CFK, que fuera una verdadera agencia de colocación de funcionarios adictos al modelo «nacional y popular» del gobierno anterior. Curiosamente, los camporistas dicen defender una división de poderes cuando, no mucho tiempo atrás, cuando eran gobierno, intentaron que la elección de los integrantes del órgano que remueve jueces en el país, sea partidizada y por ende, influenciada por el poder político del oficialismo.