Desde el 27 de junio la importación está casi paralizada. Mientras los bancos se adaptan para cumplir con la nueva normativa del Banco Central, los importadores están desesperados y temen por sus fuentes de trabajo, sus clientes y su producción.
Según los importadores, los bancos tienen trabadas las operaciones incluso anteriores a la nueva normativa del Central, que estableció cupos más restrictivos para importar y diferimiento de pagos para muchos productos.
Además de esta situación en el mercado interno se acentúa la falta de listas de precios, ya que los proveedores especulan con el valor del dólar para mantener la capacidad de reposición.
Se estima que en el país hay unas 1300 empresas casi paralizadas por la incapacidad de importar; mientras en la economía diaria y mercado interno empieza a observarse la racionalización de las ventas.