La Justicia investiga las causales de la muerte de Patricio Farcuh, de 43 años, que habría fallecido de un paro cardíaco. Había tenido una carrera meteórica en el mundo de los negocios y estaba sospechado de haber sido testaferro de la familia Moyano
BUENOS AIRES. Patricio Farcuh, último dueño de OCA y socio devenido en enemigo de Hugo Moyano, fue encontrado muerto ayer en su habitación de su casa de Brandsen y hasta ahora todo indica que falleció de un paro cardíaco. De todos modos, se abrió un expediente caratulado «Averiguación de causales de muerte» y en las próximas horas se hará la autopsia sobre el cuerpo.
Lo revelaron fuentes judiciales y policiales al diario porteño La Nación. Interviene en el caso la fiscal Mariana Albisu, de la UFI Brandsen.
De acuerdo con el acta policial, Patricio Nicolás Farcuh, de 43 años, apareció muerto en su casa de Campos de Roca I, un barrio cerrado ubicado en el kilómetro 65 de la ruta 2. Cuando la Policía tomó conocimiento del fallecimiento, se acercó al lugar. Allí fue informada de que Farcuh «había sido atendido por el personal de salud del country», que no había logrado reanimarlo.
El parte policial informa que ante esta situación, siguiendo directivas de la fiscal, «se solicitan peritos en el lugar y posterior Morgue Judicial».
Fuentes judiciales consultadas afirmaron que no tienen elemento alguno para sospechar que no haya sido un infarto, pero que «por protocolo» no podrá ser enterrado hasta que se haya realizado la autopsia. En el entorno de Farcuh adelantaron que la idea es que, una vez autorizada su inhumación, el entierro se realice en el cementerio Parque Gloriam, en Burzaco.
Farcuh era contador público, con un Master en Administración de Empresas por el IAE. Su carrera fue meteórica: a los 33 años era dueño de RHUO (Recursos Humanos Organizados), un grupo que llegó a aglutinar a siete empresas y emplear a 15.000 personas.
En 2013, Farcuh compró OCA, la empresa de correo privado más grande del país. Fue, al menos en los papeles, el dueño de la compañía hasta 2019. Él siempre lo negó, pero estuvo sospechado de haber sido durante años testaferro de los Moyano, con quienes compartió negocios hasta que se enfrentaron por OCA en una pelea que terminó en la Justicia.