“Nos pidieron la renuncia a todos los delegados del país. Obviamente nos encontramos sorprendidos”, dijo este jueves, el delegado del Inadi en Misiones, Mariano Antón, que confirmó que deja su cargo en el que fuera designado en 2007, por la entonces titular del organismo nacional, María José Lubertino. Desde 2008, el cargo se renueva cada 180 días por la vía de un concurso, pero la continuidad de Antón es eminentemente política, pues habría ganado todos los concursos realizados desde su designación hasta la fecha. Lo mismo ocurrió con todos los demás delegados, que ejercían este “puesto provisorio en planta permanente”, sujeto a la decisión política de las autoridades nacionales.
El delegado identificado con la gestión kirchnerista se quejó por la forma en la que lo obligaron a dejar su cargo, y en declaraciones a n6, expresó su malestar: «Hacía aproximadamente unos 60 días que teníamos una nueva autoridad al frente del organismo y no había entrado en contacto con ninguno de los Delegados del país», observó. Sin embargo, este jueves hubo una reunión en Buenos Aires «y ahí confirmamos que evidentemente no continuaríamos en nuestras funciones habituales». “Nosotros esperábamos una nueva asignación de funciones, pero no fue así. Hasta ahora no tuvimos ningún tipo de respuesta”, manifestó en M4 sobre su salida del organismo.
“En lugar de renunciar me gustaría que me den la posibilidad de acreditar mi idoneidad para el cargo”, pidió el delegado que debía cumplir funciones hasta el mes de julio del 2016. “Yo no renuncié, me solicitaron la renuncia. Tengo un pedido de renuncia no quiere decir que sea renunciado. Preguntamos que significa y no nos contestan que quiere decir”, bramó Antón, en declaraciones a la prensa.
Pese a que fue designado políticamente y su permanencia se renovaba cada seis meses, Antón opinó que el cargo «no reviste las características de un cargo político», porque se concursa cada seis meses. Lo cierto es que está dentro de las facultades del nuevo titular del Inadi, Javier Buján, solicitarle la renuncia a todos sus colaboradores.
La gestión de Antón representó un cambio notorio en el perfil del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, el Racismo y la Xenofobia), que hasta entonces era conducida por la actual dirigente de la CTA y sobreviviente de la Dictadura Militar, Graciela Franzen. Mucho más político y con formación en Derecho, el abogado desarrolló una tarea acorde a los requerimientos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Identificado con esa gestión y con ese proyecto político, al igual que los demás delegados, era esperable que el nuevo gobierno de Mauricio Macri remueva a estos funcionarios. Hasta el momento, se desconoce el nombre de quien será su sucesor o sucesora en el cargo.