La decana de la Faculta de Derecho de la UBA, Mónica Pintos, y la senadora puntana Liliana Negre de Alonso -dirigente que responde al exgobernador Adolfo Rodríguez Saá-, cuentan con chances de ocupar al menos una de las dos vacantes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es que los candidatos propuestos por el Ejecutivo Nacional, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, encuentran una fuerte oposición en el Congreso de la Nación y fuera del ámbito legislativo: ONGs feministas plantean que si ambos son designados, la corte quedará con un cupo femenino de apenas el 20%, incumpliéndose lo que ordena la ley nacional 24.012, de un tercio de mujeres en cargos estatales.
La presión de las mujeres se hizo sentir durante la audiencia en el Senado de Horacio Rosatti, uno de los candidatos de Mauricio Macri para completar la Corte. El otro es Carlos Rosenkrantz, el más resistido por el peronismo, que programó para el jueves una audiencia de al menos 10 horas para dejarlo sin ganas de asumir.
Los más interesados en barrerlo son los kirchneristas, molestos porque entre sus clientes está el Grupo Clarín. Además, le achacan su cercanía a Farmacity, donde era CEO el actual coordinador de Gabinete Mario Quintana. Si a eso se le suma la presión femenina, liderada por Marcela Durrieu, suegra de Sergio Massa, la suerte de Rosenkrantz está echada porque con sólo 25 votos en contra no puede ser juez. Son necesarios los dos tercios para que avance su pliego y sea designado ministro de la Corte.
Aunque no digirió que haya justificado ser nombrado por decreto, el peronismo reconoce como propio a Rosatti, con historia en el PJ y paso como ministro de Justicia de Néstor Kirchner. Si tiene que salvar a uno, no dudará en elegirlo.
En cuanto a Pinto y Negre de Alonso, según medios nacionales, son las elegidas para sucederlo, aunque Massa aún se ilusiona con colar a la diputada nacional y líder del GEN, Margarita Stolbizer. La primera es decana de la facultad de Derecho y de larga militancia radical, donde mantuvo una estrecha relación con Ernesto Sanz. Sanz, que trabaja en las sombras, ya la había propuesto para la Corte el año pasado, cuando empezó a negociar con el kirchnerismo cómo cubrir las vacantes.
Por su parte, Adolfo Rodríguez Saá insiste en Negre de Alonso, senadora desde 2001 y considerada “la decana” de la Cámara alta, donde es respetada por todas las bancadas. Tiene a favor que uno de los reclamos en la audiencia de Rosatti es que con los candidatos propuestos el máximo Tribunal sólo tendrá representantes de provincias centrales. En contra, que su cercanía al Opus Dei quedó marcada por su resistencia a la matrimonio igualitario, en aquel debate de 2010.