Con más de 80 emigrantes por día en lo que va del año, el ex Presidente habló del “mayor éxodo de argentinos de la historia” y culpó al gobierno por la emigración.
Mauricio Macri habló del “mayor éxodo de argentinos de la historia” y culpó al gobierno por la emigración. El ex Presidente recuperó la centralidad política y no se baja del escenario nacional para 2023.
Según LPO, Macri intentó explicar la partida de argentinos a través de la “falta total de futuro que produjo el actual gobierno” y aseguró que “los que se van expresan la oscura atmósfera que se instaló en el país”.
Tras el fracaso de su gestión, varios dirigentes de Juntos por el Cambio creyeron que el futuro político del ex Presidente estaba terminado, pero varios los factores que volvieron a poner a Macri en el centro de la escena, no siendo menor la estrategia del kirchnerismo de confrontar y polarizar con el expresidente.
Según LPO, el fundador del PRO dejó trascender que si mide en las encuestas se presentará como candidato a presidente en 2023. Para eso necesita bajar su imagen negativa, que está entre las más altas de la dirigencia argentina.
En el gobierno porteño creen que a Macri “lo levanta Alberto, que comete el mismo error que tuvo Mauricio cuando la levantaba a Cristina creyendo que no había chances de que volviera”, según dijo al citado portal, un funcionario porteño. No obstante, en el larretismo consideran que Macri va a especular hasta último momento con su candidatura y con la alianza con Patricia Bullrich, pero terminará acordando con el jefe de Gobierno porteño.
Macri parece un contrincante más cómodo para el gobierno que Horacio Rodríguez Larreta y por eso su nombre suele aparecer en el discurso público de la Casa Rosada. Tras su carta en Facebook fueron varios los funcionarios oficialistas que le respondieron. “Macri en 4 años bajó la inversión en educación del 6% del PBI al 4,8%. La de ciencia y tecnología del 0,37 al 0,22%. Eliminó el Ministerio. Disminuyó las becas e ingresos al CONICET. Desfinanció las Universidades. Pocas veces alguien hizo tanto para alentar el éxodo de los/las jóvenes”, escribió Daniel Filmus en su cuenta de Twitter.
Según publicó La Nación este lunes, datos de Migraciones indican que solo en los últimos cincuenta días al menos 4.100 personas abandonaron el país con motivo de mudanzas. El dato surge de las declaraciones juradas que los pasajeros presentaron ante la Dirección Nacional antes de su partida.
La carta completa de Macri
A los argentinos que se van y a los argentinos que se quedan
Estamos ante el mayor éxodo de argentinos de la historia. Hay miles de jóvenes, hombres y mujeres, que parten solos rumbo a otros países, familias que se van con sus hijos desafiando todas las dificultades que eso significa, parejas recién formadas que se aventuran juntas, graduados de todas las disciplinas, empresarios gigantes y de todos los tamaños que prefieren seguir en otro lado, empleados corporativos que piden expatriarse, comerciantes que venden todo para armar una vida en otro lugar, emprendedores que no están dispuestos a ver fracasar sus proyectos, técnicos, especialistas, trabajadores, operarios… Se van del país. Muchos de ellos publican sus fotos en las redes sociales cuando están en Ezeiza a punto de partir. A veces acompañan las fotos con textos llenos de esperanza por lo que los aguarda, pero siempre hay pena o bronca por lo que dejan atrás.
Es difícil saber qué motiva a cada uno de ellos a irse, pero seguramente tienen en común el hartazgo de los ciclos negativos que se repiten en la Argentina y la falta total de futuro que produjo el actual gobierno. Porque es indiscutible que las autoridades se han empeñado en cerrar cualquier puerta que pudiera traer un alivio, algo de sensatez o la ilusión de que hay un destino para todos los argentinos.
Los que se van expresan la oscura atmósfera que se instaló en el país. Ellos se van, pero esa atmósfera persiste y los que se quedan se sienten acechados: ¿Qué nos espera? ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Mañana será peor que hoy y el año que viene peor que este? ¿Tienen futuro mis hijos acá? ¿Tendré trabajo? ¿Podré pagar las cuentas?
Entendamos a los que se fueron o están por irse. Tenemos que comprenderlos y apoyarlos. Es doloroso para todos, para ellos mismos que vivirán el desarraigo aún teniendo oportunidades de desarrollo en otras tierras, para sus familias que se quedan sin sus seres más queridos, para sus amigos que tendrán que seguir por Instagram los contrastes entre las vidas que progresan fuera del país y las suyas, para sus colegas profesionales y para el país, que pierde con cada argentino que se va lo más valioso que puede tener una nación.
Este aluvión de emigrantes es sin duda una fractura en la historia argentina. Quedarán las huellas como quedan en las piedras las marcas de los terremotos. Pase lo que pase, cada persona que se va a otro país con sus talentos, su voluntad, su visión, sus redes de ideas, sus pasiones, es una pérdida de consecuencias invaluables que costará muchos años o décadas hasta que eventualmente otras puedan ocupar su vacío, pero aquellos que se fueron serán siempre irremplazables y el daño de su ausencia irreparable, como bien lo sabe cada familia que se divide.
Aunque parezca raro los argentinos que nos quedamos en el país tenemos una deuda inmensa con los que están yéndose. En nombre de ellos no podemos permitirnos sentir que vivimos en un país inviable, resignarnos a la mediocridad, la decadencia, la torpeza, la gula de poder, el fanatismo y dejar que la mentira sistemática nos domine. En nombre de ellos no podemos aceptar que este gobierno errático nos empuje cada día a la desesperanza. Por eso, estamos obligados a construir una ilusión de futuro, porque esa ilusión nos guiará y nos salvará.
Estoy seguro de que de una forma u otra nuestros hijos, hermanos y amigos volverán a la Argentina. Ojalá vuelvan a vivir acá, pero si no lo hacen seguro volverán como un recordatorio, una advertencia de lo que puede pasar cuando se pierde el rumbo por completo.