El Banco Central (BCRA) transfirió $60.000 millones al Tesoro nacional el 3 de septiembre pasado, según revelaron datos oficiales publicados por la autoridad monetaria. La esperada aceleración de la emisión monetaria del segundo semestre marcha a todo ritmo, complicada aún más por la poca suerte del ministro de Economía, Martín Guzmán, a la hora de colocar deuda en pesos que complemente los giros del Central.
Después de un mes de agosto en el que el Tesoro casi no consiguió financiamiento neto en sus distintas colocaciones de deuda, las cuentas del fisco quedaron cerca de cero mientras los gastos de la administración central se aceleran como en cada segunda mitad de año. Así, en los primeros días de septiembre Guzmán debió pedir asistencia del Banco Central.
La entidad conducida por Miguel Pesce concretó de esa manera la primera transferencia del mes. Se trató de un “giro de utilidades”, algo así como una distribución de dividendos del Banco Central que surgen de ganancias en pesos de los activos nominados en dólares en manos de la entidad (reservas internacionales, bonos e incluso letras intransferibles en dólares que no tienen valor de mercado pero se computan como parte del activo del banco).
La cifra es aproximadamente la mitad de lo que había transferido Pesce a Guzmán a misma fecha del año pasado. En medio de la pandemia, la caída de los ingresos impositivos y el aumento del gasto paliativo (iniciativas como el IFE y el ATP, entre otros) las transferencias hasta los primeros días de septiembre del año pasado habían llegado a $1,512 billón de pesos.
Así, en términos nominales el BCRA transfirió este año un 49% menos que a misma altura del año pasado. En términos reales, es decir teniendo en cuenta el efecto de la inflación sobre el valor del peso, el monto transferido hasta el momento es un 66% menor al del año pasado.
Pero a pesar de la desaceleración en los giros, algo esperable dadas las condiciones únicas de 2020, el mercado está atento a s Guzmán va a poder cumplir las pautas del presupuesto de este año. Ya que una necesidad de emisión monetaria mayor puede llegar a ser potencialmente desestabilizadora para el panorama monetario.
Fuente: Infobae