El líder del Frente Renovador y candidato a presidente por UNA, Sergio Massa, se presentó ayer ante la Justicia Electoral para exigir que se compute el voto en blanco a la hora de definir el resultado de las elecciones de este domingo. La medida apunta a evitar que al kirchnerismo se le allane el camino a una victoria en primera vuelta, dado que si no se computan los votos en blanco Daniel Scioli tiene más chances de alcanzar el 40% en el escrutinio, con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo.
Aunque en la presentación trabajaron los equipos legales del Frente Renovador de Tigre y Santa Fe, con el apoyo Jorge Vanossi, el escrito fue presentado ante el juez federal de Resistencia, Chaco, Rubén Skidelsky, por el apoderado de UNA en esa provincia, Diego Tolosa, y el candidato a diputado nacional José Sánchez, indicó La Nación, esta mañana. Para explicar el destino de la presentación, desde Tigre argumentaron que la iniciativa fue propuesta por los dirigentes chaqueños.
En concreto, Tolosa y Sánchez interpusieron una acción declarativa de certeza, por un lado, para que la Justicia defina si se van a tomar en cuenta los votos en blanco para definir los resultados de este domingo. Por el otro, presentaron una medida cautelar para que, hasta tanto no se resuelva el primer pedido, la Asamblea Legislativa se abstenga de declarar una fórmula presidencial como ganadora de la elección si ésta no alcanza el 40% o el 45% computando todos los votos, tanto afirmativos como en blanco y nulos.
«Solicitamos que declare que los porcentajes establecidos en los artículos 97 y 98 de la Constitución nacional deben computar, a los efectos de determinar el resultado de la primera vuelta electoral, todos los votos emitidos por los ciudadanos que concurran al acto eleccionario (incluyendo los votos válidos afirmativos, en blanco y nulos)», dice el texto, al que accedió el mencionado diario.
El principal argumento en el que trabajaron los letrados para exigir que los votos en blanco sean computados es el del voto «igual». Esto es, que cada sufragio vale lo mismo que cualquier otro, más allá de que se trate de un voto afirmativo (por un candidato), blanco o nulo. Para ello, apelaron al artículo 37 de la Constitución, que establece que «el sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio».
También se ampararon en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial y el Pacto de San José de Costa Rica, que, argumentaron en el escrito, «consagran el derecho al voto «igual» respecto de todo los electores».
A partir de allí, los letrados de UNA argumentan que los artículos 97 y 98 de la Constitución nacional (los que establecen como ganador de la elección al candidato que alcance el 45% y el 40% de los sufragios, con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo) «no respetan el principio de igualdad entre los votantes» y terminan estableciendo que «unos electores inciden en la formación de gobierno y otros no».
La empresa asumida por el massismo, que va a contramano del sistema adoptado por años por la justicia electoral, buscaría que el Gobierno o la Junta Nacional Electoral interpongan de inmediato un recurso extraordinario per-saltum para que el caso sea tomado por la Corte Suprema. Más allá del resultado de la aventura judicial, los letrados esperan que Massa, por el hecho de promover esta acción, se posicione entre los electores más enfrentados al kirchnerismo. De hecho, la jueza con competencia electoral María Romilda Servini de Cubría, ya desestimó un pedido similar, por lo que existe un antecedente judicial adverso. Claro que el fallo del juez chaqueño Skidelsky, si avala el pedido, podría originar un fuerte cimbronazo jurídico a días de los comicios.