«Estoy concentrado en construir un cambio, no me doblan moviendo dirigentes porque los cambios los construye la gente. Se termina una etapa, y con el fin de esa etapa, se terminan los métodos que un día con un agente de inteligencia, y otro día con algún dirigente, creen que te pueden doblar la moral”, disparó el candidato presidencial Sergio Massa, a un día de conocerse la traición de su candidata al Parlasur, Mónica López, que se pasó al sciolismo a 23 días de las elecciones presidenciales. En declaraciones periodísticas, Massa evitó hacer mención explícita de López, pero se mostró muy crítico contra el Gobierno y Daniel Scioli, los beneficiados con el debilitamiento de su espacio político Unidos por una Nueva Alternativa y de su candidatura, en momentos en que venía repuntando en las encuestas.
Mass aseguró a través de un comunicado de prensa: “Yo no cambio mi sueño de país por más obstáculos que me quiera poner el Gobierno, porque la Argentina es un gran país, un país rico, que con un programa serio, un equipo responsable y con liderazgos democráticos, va a salir de la chatura y se va a transformar en un país potente”.
“Se termina una etapa donde con métodos K un día con agentes de inteligencia y otros con algún dirigente creen que te pueden doblar la moral”, subrayó.
La salida de López impactó en el Frente Renovador y de UNA, la alianza que Massa selló con José Manuel de la Sota, de acuerdo con La Nación. Hasta ayer, la actual diputada bonaerense era candidata al Parlasur por el massismo, aunque ayer dijo que no se votará a sí mismo en las elecciones del domingo 25.
«Ella tendrá que dar las explicaciones», le dedicó el legislador nacional Facundo Moyano a López. Y cuestionó su salida: «Es una incoherencia enorme».
Para el economista Roberto Lavagna, la decisión de López «forma parte del deterioro de la política argentina, de la debilidad de los partidos, que no contienen» a sus dirigentes.
