La vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Gabriela Michetti, no evitó asegurar que los 2.035 empleados que echó por decreto sean de un mismo “signo político” y hayan sido “ñoquis”, aunque sostuvo que “lo que uno puede intuir es que la gran mayoría no son personas que tengan función asignada”. “Si todos estuvieran trabajando en el Senado no entrarían en las oficinas”, precisó Michetti en una entrevista a Clarín. Con estas declaraciones, Michetti defendió su decisión de depurar la planta de empleados del Senado, que se multiplicaron en el último periodo de Amado Boudou como presidente del Senado.
“No podemos asegurar hoy es que sea toda gente de un mismo signo político, pero lo que sí podemos decir es que tenemos el apoyo de los presidentes de diferentes bloques del Senado, como de Miguel Angel Pichetto del Frente para la Victoria y Adolfo Rodríguez Saá (del peronismo disidente)”, contó Michetti, según Parlamentario.com. En esta línea, agregó: “Entendemos que si los senadores acompañan esta decisión es porque la mayoría de esas personas que se nombraron en planta permanente no tienen que ver con los senadores sino con otros sectores”.
Para la presidenta de la Cámara alta, el nombramiento de su antecesor, Amado Boudou, “está mal porque incrementaron un 140 por ciento en solo 10 meses en cantidad de personal la planta permanente del Senado e incrementaron el presupuesto salarial del Senado un 80 por ciento en un solo año”. “No tengo ninguna posibilidad de justificar que frente al mismo Senado, con las mismas funciones y la misma cantidad de senadores se aumente de tal manera la planta permanente y la masa salarial poniendo en riesgo además el pago de los sueldos de los trabajadores del Senado. Es inadmisible que un desmadre administrativo del Senado caiga sobre la espalda de los propios trabajadores y de los contribuyentes”, insistió la vicepresidente.