«Nacida en Rosario. Politizada en Barcelona», se define María Delfina Rossi en su perfil de Twitter. El año pasado tuvo un ligero momento de fama luego de que se conociera que era candidata a eurodiputada por el partido Izquierda Popular de España. Pero ahora vuelve a la Argentina para quedarse: el Gobierno acaba de designarla directora del Banco Nación.
El nombramiento de la hija del ministro de Defensa Agustín Rossi fue comunicado a través del Decreto 1625 publicado este miércoles en el Boletín Oficial. La decisión lleva las firmas del ministro de Economía, Axel Kicillof, y la presidente Cristina Kirchner. La medida muestra un manejo nepotista del poder, donde los funcionarios van colocando a sus familiares en cargos, independientemente de la capacidad o trayectoria requeridas. Desde luego, Rossi hija no concursó para el cargo sino que fue designada a dedo por la presidente.
La joven de 26 años tiene una licenciatura en Economía cursada en Barcelona y un master realizado en Florencia, Italia. En la actualidad, según cuenta ella misma en las redes sociales, se encuentra estudiando en la universidad norteamericana de Austin, Texas, señaló hoy, Infobae. La ex candidata a eurodiputada compartirá la conducción del organismo con personas que, como mínimo, tienen 12 años más que ella. Quien la sigue en edad dentro del directorio es el propio presidente del Banco Nación, Juan Ignacio Forlón, quien con 38 años conduce una de las entidades bancarias más importantes del país.
Hasta el año pasado, Delfina se definía en su cuenta de Twitter como «feminista, ecologista y de izquierda». Casualidad o no, la hija de Rossi sacó la descripción de su cuenta antes de asumir.
«Llegué al Banco por mi trayectoria académica y profesional. Pareciera que algunos miraron más los datos de mi DNI que mis antecedentes», afirmó la hija del ministro K, en horas de la tarde, para defender su designación y su cargo, por el que percibirá la friolera suma de 70 mil pesos.
Sin embargo, en su diálogo con la agencia gubernamental Télam, la joven no aclaró en que puestos había trabajado antes de su nombramiento. «Tengo un año más que los necesarios para ser diputada nacional y desde esa banca una puede modificar la vida de los 40 millones de argentinos, presentando o aprobando leyes, por eso no entiendo el ataque de las usinas mediáticas», señaló la joven funcionaria K, que, reiteremos, no concursó para el cargo sino que fue designada políticamente.