La renuncia presentada por el ahora exMinistro del Superior Tribunal de Justicia de Misiones, Sergio César Santiago, fue aceptada sin mayores trámites por el gobernador Hugo Passalaqcua, que firmó el decreto 134/16, por el que aceptó la dimisión. De esta forma, el gobernador desactiva toda posibilidad de un Juicio Político contra el magistrado que estuvo contratado por la Entidad Binacional de Yacyretá entre 2012 y 2015, bajo la gestión del extitular Oscar Thomas, en evidente “doble cargo”, “falta de ética” e “incompatibilidad de funciones”. La curiosidad es que renuncia y decreto se hicieron públicas este 29 de Febrero, una fecha que como cada 29, remite a la tradicional pasta argentina que también designa a los funcionarios designados políticamente y pasan a cobrar a fin de mes, sin prestar servicio alguno. “Justamente le aceptan la renuncia al Ministro Ñoqui de la EBY, un día de los ñoquis. Parece a propósito”, soltó una fuente judicial sobre el caso que es la comidilla de los pasillos del Palacio de Justicia.
Desde luego, la renuncia de Santiago desactiva un tema muy serio para la Renovación: tener que conformar en la Legislatura, una Comisión Acusadora que investigue las denuncias por el llamado “conchabo” que el extitular de la EBY, Oscar Thomas, le armó a su amigo César Santiago, para que continúe cobran un jugoso sueldo como “formador de asesores” -fue asesor legal entre 2003 y 2009, momento en que fue designado en el STJ. Quién sabe qué más encontrarían los diputados si avanzaba el proceso destituyente. Por ello la decisión de Passalacqua de refrendar el alejamiento de Santiago, desactiva un problema para el oficialismo y para su jefe político, el presidente de la Cámara, Carlos Rovira. Claro está que la mayoría del oficialismo no estaba dispuesta a pagar el costo político de sostenerlo en el cargo, y obturar la creación de la Acusadora.
Rovira corría el riesgo de enfrentar críticas incluso a nivel nacional, si no avanzaba la destitución de un ministro que él mismo promovió para que sea designado en el STJ.
Lo curioso del caso es que la renuncia es aceptada justo un 29 de Febrero, es decir, el día tradicionalmente asociado a los “ñoquis”, una palabra cuyo sentido ha sido resignificado en las últimas décadas y pasó a designar, además de un alimento, a los funcionarios que no cumplen ninguna tarea y pasan a cobrar sueldos, cada 29 del mes. Santiago podría ser uno de estos funcionarios sin función, pues, el contrato que tenía en la EBY –cobró entre 30 y 45 mil pesos mensuales durante 36 meses-, es bastante oscuro –no define con precisión ni fechas ni tareas-, y parece haber sido confeccionado antes de la salida de Thomas de la EBY.