«La conmoción más fuerte la acabo de ver recién: estuve más de 20 minutos hablando con Sonia (…). Los relatos que me acaba de hacer…».
Así comenzó el relato de Ricardo Moccero, intendente de Coronel Suárez, minutos después de encontrarse con la mujer que estuvo tres meses secuestrada por una pareja.
«La verdad, lamento lo que voy a decir, pero tenía a dos monstruos al lado, no son personas, las cosas que le han hecho… es una barbaridad, condenable», expresó el funcionario en diálogo con Radio 10.
Luego de esa introducción, Moccero resumió cómo comenzó esta historia de terror: «Ella no cuenta que fue secuestrada, sino que vino de Choele Choel engañada por Olivera, quien le dijo que le iba a dar trabajo junto a su mujer».
«Le dijeron que venga y venda su casa: trabajó durante tres meses, quedó desempleada y en ese momento, cuando empezó a cobrar unos $100.000 por su vivienda (los acusados) la empiezan a amenazar, a golpear, le sacan el dinero, la violan en reiteradas oportunidades, le dan de comer dos o tres veces y ahí (la víctima) ya no sale más de la casa», resumió el intendente.
«Estaba en un pasillo, atada con bolsas, cosa de que si se movía y hacía ruido, ellos la escuchaban. En definitiva, después de todas las cosas que le hicieron, Sonia perdió 25 kilos; está quemada con un cigarrillo en las manos, está golpeada por todos lados…», agregó Moccero, indignado.
Al ser consultado sobre las motivaciones de los abusos aberrantes, el funcionario agregó detalles escabrosos que conmueven: «Hay una mezcla de todo, creo que estaba todo planeado para hacerle vender la casa y quedarse con el dinero; pero después hay una actitud de psicópata, de perverso, es como una novela de terror: la golpearon; la quemaron; la violaron; para tomar le dieron agua mezclada con el excremento de cinco perros…».
El momento de la fuga
Luego de tres meses de calvario, Sonia logró escaparse del lugar donde la tenían cautiva. Y Moccero detalló cómo lo consiguió: «Como (la víctima) hacía mucho ruido, el domingo a la noche la cambiaron de habitación: le sacaron los picaportes, pero olvidaron que había una ventana. Y ella, de una manera que no entendemos, porque tiene un estado de debilidad que recién hoy puede caminar, salió corriendo por la ventana, tomó un taxi e hizo la denuncia en un destacamento policial».
«Esto es una barbaridad, no se entiende el motivo. Yo creo que Dios la ayudó (a Sonia), porque si no se escapaba, el médico policial dijo que no vivía más de dos o tres días; esta chica se moría», expresó el intendente, que prometió ir hasta las últimas consecuencias con el caso.
«Espero que les apliquen la pena máxima. Pensémoslo como si fuera un asesinato. Creo que esta gente es igual a un asesino en potencia», completó Moccero.