En el marco de la Semana de Vacunación en las Américas impulsada por la Organización Panamericana de la Salud, el expresidente de la Sociedad Argentina de Medicina, el médico clínico Lucio Criado, afirma que, pese a que las encuestas muestran un descenso en la confianza en las vacunas, su percepción sigue siendo positiva.
Según la Organización Panamericana de la Salud, diversos factores como la disminución de las coberturas y del financiamiento, así como las dudas y la desconfianza producidas por campañas de desinformación, hicieron que durante la última década haya disminuido la inmunización de la población del continente americano y, en consecuencia, el riesgo de rebrotes está, en sus propias palabras, “en su nivel más alto en 30 años”. Así lo indicó un comunicado de prensa emitido por compañía de salud global GSK, en los últimos días.
Pese al creciente riesgo de reinfecciones, la Argentina “se encuentra muy bien posicionada respecto de las vacunas que dispone en relación con otros lugares del mundo”, afirma Lucio Criado (MN 72768), médico clínico, magíster en Farmacopolítica y expresidente de la Sociedad Argentina de Medicina.
A partir de datos recolectados por el Ministerio de Salud de la Nación, en el país la tasa de vacunación se redujo en promedio unos diez puntos entre 2009 y 2019 en todos los rangos etarios y la pandemia de Covid-19 en 2020 no hizo más que profundizar esta tendencia. De hecho, solo en ese año se registró un descenso promedio equivalente al que se había dado en los últimos diez años juntos, lo que agudizó una situación que ya venía siendo compleja. Criado, no obstante, lleva tranquilidad: “no creo que estemos ante una crisis, sino frente a una oportunidad de vacunación”, reflexiona.
Durante ese período también se incrementó la desconfianza hacia las vacunas. De acuerdo con el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas elaborado por la Fundación Bunge y Born, si bien para 2023 ésta se encontraba en un nivel alto, aún no recuperó los valores previos a la pandemia. Para Enrique Casanueva (MN 55133), especialista en Infectología Infantil y jefe emérito y consultor del Servicio de Infectología Infantil del Hospital Universitario Austral, “la confianza en las vacunas todavía es alta”.
Y agrega: “lo que existe es reticencia hacia algunas de ellas. Las vacunas han demostrado tener gran impacto en la reducción de la mortalidad por enfermedades infecciosas, por lo que el camino para revertir la baja en su aplicación es el de informar, ya que cuando se deja de vacunar, éstas reaparecen”.
Más allá de las limitaciones estructurales y financieras que afecta a los países, el éxito de un plan de inmunización también depende de la voluntad de la población de consultar con su médico y dirigirse a los centros de salud. “Debemos educar y concientizar para aprovechar cada momento y que cada persona reciba aquella vacuna que necesita. En ese sentido, las campañas de vacunación tienen una función cien por ciento educativa y constituyen una oportunidad única para poner el tema en agenda”, explica Criado.
“Es importante vacunar a toda la población y en especial a tres grupos poblacionales: los niños, las embarazadas y, por supuesto, a los adultos porque con el paso de los años disminuye la capacidad de respuesta del cuerpo a las infecciones”, afirma el expresidente de la Sociedad Argentina de Medicina y magíster en Farmacopolítica. “Las vacunas, junto con la buena alimentación y el ejercicio, cumplen un rol importante en una vida saludable”, complementa Casanueva. Siguiendo esa misma línea, la Coalición Global sobre el Envejecimiento afirma que existe un consenso generalizado de que las vacunas en los adultos mayores constituyen una solución efectiva para garantizar su bienestar.
“Las vacunas reducen la posibilidad de enfermar, tener complicaciones graves y de transmitir la enfermedad a los que nos rodean, por lo tanto, son una herramienta segura y efectiva para proteger nuestra salud y la de la comunidad en todas las etapas de la vida”, acota Verónica Loggia (MN 106976), pediatra, infectóloga y gerente médica de vacunas de GSK, laboratorio que manifestó su apoyo a la Semana de Vacunación en las Américas, la campaña de la Organización Panamericana de la Salud que se realizará entre el 20 y el 27 de abril con el objetivo de mostrar la importancia de la vacunación en la región.
Casanueva, además, destaca los beneficios económicos que conlleva la vacunación: “es costo-efectiva en todas las edades y tiene efectos directos e indirectos. Enfermarse, en el caso de los adultos, no solo hace perder días de trabajo, sino que genera gastos en atención médica, traslados y medicamentos, entre otros”.
Con respecto a la protección de los menores, resulta relevante que los padres estén al día con el calendario de vacunación de sus hijos pequeños, cuyas defensas están en plena formación. “Los niños son más susceptibles a muchas infecciones porque cuando nacen tienen anticuerpos que les pasa la madre, pero que luego van perdiendo con el correr de los meses y los deja expuestos a enfermedades mortales o que tienen muchas secuelas, como la meningitis y la neumonía”, afirma Casanueva, quien considera que informar adecuadamente sobre las consecuencias de no vacunarse permitirá que muchas personas reflexionen sobre la necesidad de hacerlo.
Para Florencia Nocita (MN 145313), pediatra y gerente médica de vacunas de GSK, “la Argentina tiene un calendario de vacunación muy completo, un modelo para muchos países, pero hay un punto crucial en el que debemos seguir trabajando, y es en mejorar las coberturas de vacunación. Hay que continuar concientizando sobre la necesidad de cumplir con el calendario y completar los esquemas porque, para alcanzar los beneficios que nos da la vacunación, las vacunas deben aplicarse”.
“Las vacunas estimulan al sistema inmunológico. De ahí que sea fundamental tener a niños, embarazadas y adultos en el mismo nivel de exigencia a la hora de prescribirlas”, concluye Criado.